POLITIQUERIA
El siguiente, es un breve ensayo en el cual
hablaremos de política o, más bien, politiquería. Vale aclarar que hay
políticos honestos, pero para nadie es un secreto que la mayoría son corruptos.
Colombia ha sido un país muy afectado por esta
problemática. A través de los años los políticos, cuando están en campaña,
llegan hasta las zonas más afectadas de nuestro país, ya sea por la violencia,
por la pobreza o por cualquier otro de los conflictos de nuestra sociedad, a
prometerle el cielo y la tierra a las personas, ofreciéndoles empleo,
seguridad, mejoras de vivienda y cuanta cosa se les venga en mente, igual a
como lo haría el peor criminal, engañan a todo un pueblo y como dice el dicho:
“Quedan como los buenos del paseo”.
Sin embargo esto no es lo peor de todo, lo peor de
todo es que solo quieren “ayudar’’. En realidad no sabemos cuál es el concepto
que tienen de ayudar, si ayudar al
pueblo, ayudar a sus bolsillos, o
ayudar los dos para no levantar
sospechas, pues estos siempre están pensando en ellos mismos y ven las necesidades del pueblo para
aprovecharse de ellas, montan proyectos millonarios en los cuales los políticos
se quedan con la mitad del dinero y con la otra mitad hacen cualquier cosita
ahí, como quien dice: para que vean que si se está haciendo algo, y al final,
con toda tranquilidad se olvidan de todas esas poblaciones afectadas que les
brindaron su apoyo como si nada fuera y
a los 4 años vuelven cuando estén en campaña para engañarnos de nuevo, la
gente, confía esperando que sea diferente, pero nunca es diferente, siempre
roban, y, como son la máxima autoridad del pueblo, nadie ve las injusticas que
están camufladas como obras sociales, las cuales, así sean para un beneficio de
este, terminan siendo para un beneficio monetario personal.
En conclusión los políticos van a seguir con su
politiquería barata hasta el final de sus días, solo esperamos que las nuevas
generaciones de gobernantes sean más honestos y menos egoístas.
SIN TITULO
Es un día soleadado igual a muchos, no veo nada
diferente, a excepción de de las formas que hacen las nubes. Todo lo demás
sigue siendo igual, las casas y edificios están en su lugar, las industrias
siguen destruyendo.
Veo pocos árboles y muchísimos automóviles, las
personas siguen viviendo reprimidas por el miedo; el miedo a conocerse, el
miedo a atreverse hacer algo nuevo, el
miedo a amar, y yo, un humilde y libre pensador no hago más que observar en
silencio, igual a como lo haría un búho posado en una rama contemplando la
luna.