¿Y por qué la escuela no puede ser el espacio propicio al beso, o mejor aún, a un sano aprendizaje del amor? Gabriela Mistral, la poetisa Chilena dice que:
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Verso este último que nos trae a nuestro contexto, que olvida a veces la Constitución y procura evitar las manifestaciones de afecto en el colegio. Esto no interrumpió la clase y no hizo daño a nadie. Gracias a Mariana Zuluaga y a Samuel Vélez del grado once, por esta apertura que lleva un mensaje de afecto y candidez como lo refleja el texto que nos comparte Samuel. Gracias, gracias y amor: Escuela verdadera.
Así como cuando el amor surge en el momento menos esperado, así mismo nace un simple beso clandestino. El beso que no se sabe si durará unos cuantos segundos más tarde o durará tanto como sea imaginable.
En el acto del beso se necesita que alguno de los personajes sea atrevido, intrépido y seguro de tomar la decisión de juntar los labios a los de ella y que, en el mejor de los casos, ella responda con atrevimiento.
Este se puede tomar de diversas formas y estilos, pero todos llegan al mismo punto, ese en el que se cierran tus ojos para dar paso a ese momento que, aunque instantáneo, quedará marcado en tus recuerdos, como el primero que ella te dio en casa de un amigo, a escondidas.
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