12 jun 2017

CARTA A UNA SOMBRA, RESEÑA.

Por Erika Marcela Cardona. 11°

Este documental trata principalmente de la vida de Héctor Abad Gómez nacido en Jericó-Antioquia en 1921. Fue un médico, ensayista, luchador por los derechos humanos y especialista en salud pública, tuvo cinco hijas y un hijo, Héctor Joaquín, quien es el escritor del libro El olvido que seremos obra citada sobre la vida y muerte de su padre.

Abad Gómez nunca perdió la fe en los seres humanos a pesar de las estupideces que se hacen, pues siempre pensó que todos tienen un potencial de hacer las cosas bien. Nunca le gustó la violencia, pues era médico y un médico lo único que quiere es la vida, la salud, la libertad, la justicia y la paz. Decía que una persona debe afrontar la vida y decir la verdad siempre.

Para Abad Gómez el médico tenía que investigar, entender las relaciones entre la situación económica y la salud; quería hacer pensar y razonar a la gente, hacía preguntas tal vez ingenuas pero que ayudaban a aclarar la mente. Nunca dictaba la clase pues era docente en la Universidad de Antioquia; siempre las dialogaba, trataba a todos por igual. Se sentía igual a sus alumnos y así ellos se sentían mejor y él les podía ayudar y les entendía. 

Creía más en la medicina preventiva que en la curativa ya que siempre es mejor prevenir cualquier cosa. Por ejemplo, consideraba que los niños estaban más propensos a enfermarse y por eso realizaba campañas de vacunación en su propia casa para que así tanto niños como adultos pudieran prevenir una enfermedad futura.
Héctor Abad Gómez fue visto como marxista y comunista, porque siempre tuvo una forma de pensar diferente la cual no cambió por nada ni nadie, no le importaba nada: solo lo justo, por eso realizaba marchas contra las injusticias y las muertes crueles que se daban en la época, algo a lo que no todo el mundo es capaz de exponerse.

Ya por sus años debió pensionarse de ser docente, algo que le dolió mucho pero lo llevó a cultivar flores, rosas y amigos como se lo relataba a sus colegas, también se dedicó a estudiar los derechos humanos y a defenderlos aun más de lo que lo hacía antes.

Por tantas muertes ocurridas y manifestaciones en contra de estas Abad Gómez en su programa de radio dijo las siguientes palabras: “Amigos y amigas hoy ni siquiera les digo salud pues parece que sonara hueca y vacía la palabra salud dicha en una sociedad enferma.”

El médico Abad Gómez por pensar diferente, por querer un cambio, fue asesinado el 28 de agosto de 1987 en la calle Argentina de Medellín, ciudad donde vivía con su familia

A pesar de que fue amenazado repetidas veces nunca dejó de luchar por lo que para él era justo. Nunca se imaginó morir así, deseaba hacerlo rodeado de sus hijos y nietos tranquilamente.

Tiempo antes como si presintiera su muerte le dijo a una de sus hijas: “no todo el mundo me odia, hay un mundo que me quiere mucho” aunque ella solo entendió el mensaje el día del entierro por la multitud de personas que lo acompañó, ese mismo día se dio cuenta de lo importante que era su padre.

No solo este fue el recuerdo que le quedó a la familia Abad Facciolince sino también un soneto que su hijo Héctor Joaquín encontró el día de su muerte en un bolsillo de su padre envolviendo la lista de los amenazados de muerte donde estaba nombrado su padre: Héctor Abad Gómez. Ese soneto decía:


AQUÍ. HOY


Ya somos el olvido que seremos.

El polvo elemental que nos ignora

y que fue el rojo Adán y que es ahora

todos los hombres, y que no veremos.


Ya somos en la tumba las dos fechas

del principio y el término. La caja,

la obscena corrupción y la mortaja,

los triunfos de la muerte, y las endechas.


No soy el insensato que se aferra

al mágico sonido de su nombre.

Pienso con esperanza en aquel hombre


que no sabrá que fui sobre la tierra.

Bajo el indiferente azul del cielo,

esta meditación es un consuelo.

                                                       Jorge Luis Borges

Todo esto nos lleva a la conclusión de que estamos en un país ignorante porque no nos importa lo que está sucediendo, asesinan a líderes que solo quieren un cambio para el mundo, porque ahora ser un buen ciudadano es malo, porque si se busca la justicia y se hacen valer los derechos es malo, si se está en contra de los dirigentes, los de la “alta sociedad” es malo. ¡Ahh! Pero si le robas a todo un país, violas un niño, maltratas a una mujer solo tendrás unos añitos de cárcel.

El cambio debe empezar por nosotros, hacer respetar nuestros derechos, pensar diferente sin importar las leyes o clases sociales, debemos hacernos valer aunque todos no estén de acuerdo. 

Héctor Abad Gómez decía:

“Cuando todos muramos de viejos, el mundo será mejor, y no por una bala o una bomba”.

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