22 feb 2017

AATEENNCIÓN

Foto: Julián María Ospina. Ningún derecho reservado
El reloj ahora da la misma hora,  atrás o adelante meridiano, no sincronizado con el tiempo de los relojes "buenos" en razón de que su mecanismo está malo. 
Por el parlante resuena uno que otro anuncio y, al amanecer, El Ángelus. ¡Ave María! 
Y las campanas diario se tañen. Y no falta que a veces sea a rebato. A propósito compartimos aquí el texto de Jhon Donne que sirve de epígrafe a la novela ¿Por quién doblan las campanas? escrita por el estadounidense Ernest Hemingway. Dice así con entonado acento:
"Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas; doblan por ti" 


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