Por Manuela Soto Pulgarín, 10°
En realidad no debería ser así, ya que cada quien tiene la libertad de hacer lo que piensa le convenga; tiene la libertad de decidir por sí mismo, sabiendo que lo que hace está bien; y tiene la libertad de expresar lo que piensa acorde al tema.
Los padres de familia hoy en día piensan en cuidar a sus hijos y eso está bien, lo que no concuerda es el afán de presionarlos en todo y decirle lo que comúnmente ellos ya saben. Lo que no concuerda, es que no crean en ellos y piensan que todos los jóvenes van a ser lo mismo de perversos o inmorales. La verdad es que muchas de las cosas que nos imponen en nuestros hogares, no concuerdan con lo que en realidad queremos hacer, ni con la búsqueda de nuestra felicidad.
Para mí lo malo que piense la gente no tiene ninguna importancia, ya que yo sé lo que hago de acuerdo a mis derechos y funciones en esta vida, la familia debería apoyar, cuidar como debe de ser, no encima de nosotros, pero tampoco debajo, deberían preguntarse, ¿cómo va la vida de mi hijo? o los hijos: ¿cómo va la vida de mis padres? Dialogar, reflexionar y ser quienes de verdad deberían en esta sociedad dibujada de colores ilusorios.
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