Pintar el colegio como una opción para incentivar sentido de la pertenencia, propiciar mínimamente el mejoramiento de los ambientes de aprendizaje, un toque estético, un momento recreativo de silencio y risa...Que la escuela pinte los barrotes de la libertad, ahora que tanta nota y los estudiantes devienen cifras con las que el Estado gana o pierde (¿monedas?), como si se estuvieran vendiendo. Pintemos los barrotes de la libertad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario