Como otrora los movimientos estudiantiles y campesinos hoy los estudiantes y otras organizaciones campesinas, comunitarias y oficiales salieron a marchar como símbolo de que en la educación somos conscientes del agua como bien inalienable.
El desfile, más que marcha, fue en el marco de una amorfa celebración de la institucionalización, mediante acuerdo municipal, del día mundial del agua. Allí se repartíó agua en bolsas plásticas que los estudiantes dejaron por ahí tirada o se bañaron ellos mismos para divertirse o simular que les salía agua por el pene y les mojaba la sudadera. Y los policía realizaron una demostración perruna de saltos y saludos, cuya conexión con el agua fue más bien difusa, puesto que el agua no se puede domesticar así como así como a un perro antinarcótico.
No se habló de la minería, ni del Plan de Vida Comunitario donde se concibe al agua como bien sagrado para la vida en el territorio de nuestro cuerpo y de la comunidad de la que somos miembros. Salvo los puntos culturales de danza, música y títeres, el evento hubiera podido ser más formativo con relación al manejo y protección del agua ante la amenaza del extractivismo y en la coyuntura apocalíptica del Cambio Climático. En fin.
rastros, gotas quizás, de que estamos vivos, a pesar de todo...
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