“Nací en 1950. Estaba la idea de que ese era un año santo. Y el que naciera iba a ser un gran religioso o artista. “Mi mamá me contaba esa historia y que yo tenía que ser muy buena gente. Y gracias a Dios soy buena gente. No sé qué pensarán los demás". Así habla Jesús Salvador Hernández, artista, escultor y tallador de madera de Pueblorrico, nativo de la vereda La Estrella de Jericó, Antioquia, quien también evoca que "de niño jugué con cauchera y mataba animales, porque esa era la goma. Ya me pesó y hace muchos años no mato un animal. Me arrepiento de haber matado algunos animalitos. Ya no mato ninguno. El único animal que mato ahora es la cucaracha y eso porque está en la cocina haciendo mugre. Soy amante de la naturaleza”.
Trabajó como líder de las Escuelas Campesinas de la Acción Cultural Popular y las Escuelas Radiofónicas. Estudió en Caldas, en Sutatenza-Boyacá con la Acción Cultural Popular. Y con este trabajo relacionado con la “educación fundamental integral” conoció muchas partes del país: Cimitarra-Santander, Puerto Triunfo-Antioquia, Nariño-Antioquia, Condoto, Andagoya, Inmina – Choco, Timaná – Huila. Al regreso de este trabajo llegó a Pueblorrico a trabajar en el colegio en servicios generales durante 29 años contados a partir de 1977. Se trajo la familia y fue en el colegio donde aprendió tanto de cultura, al lado de generaciones de estudiantes, profesores, rectores. Inclusive le ayudaba a hacer tareas de estudiantes de bachillerato.
Inició con una navajita tallando en pequeños pedazos de pino, tolúa o cedro. “Con el tiempo fue descubriendo que había otro material que por aquí abundaba: la raíz de comino. Pues si habían existido los árboles de comino en la época de la colonia tenían que existir las raíces”. Se iba para las montañas de La Trocha, con su sobrino y William Peláez a encontrar esas raíces. Y como esa forma natural le parecía muy hermosa le daban ganas de hacerles algo a esas raíces: Primero limpiarlas, asearlas y quitarles el hongo, la basura, la tierra. Primero en seco y después con cepillo y agua. A algunas les daba una forma abstracta, en línea con la que ya las raíces extrañamente poseen y después vio que había que darle otra recreación a la obra para que el espectador le viera otra forma distinta.
En este crecimiento formativo como artista la admiración a los artistas fue y ha sido también un factor que le permitió entender su formación como tallador y escultor. Es así que admiró con embeleso a Rodrigo Arenas Betancur, Rodrigo González y Luis Alberto Acuña. Pero no solo se maravilló con esto artistas, pues Salvador Hernández admira así a nivel mundial a mucha gente. Es un admirador del arte, de la mitología, de la religión y de los amigos.
Salvador Hernández ha expuesto en la Casa de la Cultura, en el Palacio Municipal de Pueblorrico, en Valle del Paraíso, en Tarso, Jericó, en el Salón Departamental de Arte en Medellín y en la Casa de Antioquia, en Bogotá. Su obra, esa lenta talla de las raíces con gubias, cinceles, un mazo de abarco y una navaja ha atravesado fronteras: Estocolmo, Italia, Estados Unidos, Alemania, Costa Rica, México.


Mural de la casa de J. Salvador Hernández, hecho por William Peláez |
Salvador Hérnandez, vivo y activo, también está en la caminería que vincula no solo a la gente, el paisaje, la cultura, el arte. La caminería para él es un ejercicio mental, una pasión que lo llevó a crear el Grupo de Caminantes Huellas de Pueblorrico que hoy cuenta con 17 años y han sido embajadores del Municipio en encuentros nacionales de caminantes y en las regiones de Colombia por las que han caminado, trochas, senderos, veredas, montañas, paisajiando y compartiendo con otros caminantes en Necoclí, San Vicente de Chucurí-Santander, Tibasosa-Boyacá, Pereira, Finlandia-Quindío, Guatapé, Carolina del Príncipe, Támesis, entre otros caminos donde han dejado huella.
A continuación compartimos tres videos realizados en su orden por Rubén Darío Herrera en compañía del joven estudiante de 10° de la I. E. El Salvador Luis Miguel Correa; Erson Alzate y Carlos Quintero.
Y gracias, Salvador.
Y gracias, Salvador.
Un bello ejercicio en pos de la vida y la preservación de la memoria. Ese hombre refleja un camino andado a pie,con aroma y dureza y.
ResponderBorrarque se has sabido curtir con nobleza y carácter. Gracias.